martes, 14 de abril de 2015

Ella venía caminando por la ciudad, pasaban por las calles empedradas. Al pasar ella se magnetizó con las puertas de la Iglesia sin ser religiosa se había convertido en el hecho más religioso y orgánico que se pudiera asemejar a una jovencita tierna a punto de tomar matrimonio. Lo miraba con ganas de aceptar sus preguntas, aunque siempre para ella era la misma pregunta. Esperaba el beso, la aceptación. Ella podía crear ese momento amoroso como ninguna otra mujer, ella estaba en su lugar de escena. ¿Dónde deberíamos estar ahora es lo que preguntaría a cada habitante de su ciudad?


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