miércoles, 14 de diciembre de 2011

Mi idea, mi amor, mi dependencia

Todo radica en la idea, todo importa cuando se depende. El amor y el odio están en el mismo juego, juguemos con ambos, amemos a la vida, odiémosla, pero aprendamos a aceptarlos. Quizás todo dependa de nosotros, quizás de los demás, quizás de Dios, tal vez de Satán; yo por mi cuenta, busco el bienestar y a alguien a quien amar por entero; una vez, me encontré con alguien tan puro, inmerso en sí mismo, esa persona era yo. Era un ser tan apreciable, quizás lo enmarqué como Dios, pero si dependemos de la idea para creer algo: quiero depender de la fe, de seguir creyendo que ahí estás: ¡Dios yo te quiero reencontrar! ¡Alma, cuerpo, yo te amo!

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