viernes, 29 de junio de 2012

Acabo de dejar danzar a mis manos sobre el teclado, basándome en mis sentimientos.

Es tan indiferente tu indiferencia, que me cuesta llorarla. Es tan fuerte tu distancia que con tan solo una ojeada que hago al pasar y que me lamento sin pensar, me hace tan bien y a la vez tan mal. Te quiero. Es probable que no lo sepas, o que si lo interpretes. Es raro que llegues a leer esto, es muy improbable que te sientas identificada. ¿Servir de algo? No creo que ayude en mucho esta ayuda memoria de lo que siento al verte, al percibirte y a la negativa, al no verte, al no sentirte. Es tan nulo todo que necesitaría dejar de hablar y verte a solas.

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