martes, 4 de septiembre de 2012

Cantarle plegarias a mi corazón al unísono del viento y de esta rima sin razón.
Como aquellas semillas que vuelan sin pensamiento, como al Sol que lo veo aumentar mi iluminación.


Puedo pedir un minuto más o uno menos tan solo para oír mi cantar y tener un magnífico despertar lento y plausible del dios y los miles, creados para embellecer cada partícula que se ha de mover. Cada sentimiento o cada ser sensible es quien recorre los siete mundos, los siete colores, los siete reinos, las siete dimensiones, las siete caras y colores.

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