jueves, 19 de diciembre de 2013

Escribo para que no me reconozcas. Escribo porque es lo único para no pensarte directamente.

Lo más loco es que te vi allí y sentí magia; estabas de improvisto, como apasionada. Y lo más lindo es que vos me observabas, y yo era el que miraba. Me hiciste olvidar todas mis penas, todos los recuerdos que me ataban: ya la saludé. Y fue el más rico trago de vino que he tomado, fueron las más maravillosas galletitas que había probado; sonriendo así como un desquiciado que ya no extraña porque te tiene a su lado ¿Quién lo hubiera pensado que de la nada aparecerías a mi puerta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario