Invierno ideológico, con recuerdos melódicos de tu voz imaginaria.

Se acerca el invierno, y con el su frío en el corazón; melancolías que recuerdan amores, inexistentes, que nunca fueron y son improbables que los sean, que se asemejen a otra complejidad tan destructora de sentimientos, y que solo queda en nuestra memoria el remordimiento de nunca haber podido dejar en la utopía máxima, ese recuerdo, sin antes haber preferido la cruda realidad, de quitar sin realmente adquirir realidad, para que me deje de enloquecer… O tal vez, podríamos estancarnos en cualquier momento sin poder retroceder, y anhelar con pura y compleja mezcla de ítems a ver fracasar, al ver reemplazar por pensamientos, idealizando películas, sin mucho explayarse para que un recuerdo quede analizado por mi memoria, para no caer ante esa improbable anticipación, e inexistente palpitación, aplicado al propio esfuerzo por no sentir más ese dolor, y poder evitar futuras noches de lamentos.