viernes, 17 de junio de 2011

Mi mejor droga, es el sufrimiento.

Dicen ciertas voces, y alguien dentro de mi habla, un dolor inmenso se siente, adaptando sus sensaciones, para atacar mi corazón, sentir la angustia del desfallecimiento de la felicidad, son esos desenlaces los que acompañan mi redacción, son aquellos los que hacen funcionar mi estimulación, permitiendo, a su vez, lograr una comprensión de lo que habla mi corazón, de lo que siente, y lo que no puede lograr, a causa de no dañar a otro ser, para contemplar mi propio sufrimiento y aunque lamente por completo esta desdicha, acortaría la futura desilusión.el dolor sin duda, calma la felicidad.

El dolor, sin duda calma la felicidad, roba toda su divinidad, culmina su esplendor, resquebrajando todo su llanto, seco por agonías y mentiras.

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